Hoy en día es habitual quitar importancia a ciertos gestos o señales de nuestros hijos. Muchos padres piensan que puede ser algo puntual, pero en muchas ocasiones puede ser más que eso.
Por ello, se recomienda a los padres y a las madres estar atentos a ciertos comportamientos, y acudir a un especialista si es necesario. Los niños pueden mostrar dificultades que no son propias de su edad, como por ejemplo:
- No gesticular
- No socializar
- Dificultad en la compresión
- No habar con otras personas
- Problemas para expresarse
Para saber qué señales son de alerta para el desarrollo del lenguaje del niño, aquí te explicamos en qué consiste cada etapa y a qué debemos estar atentos:
- Hasta el primer año: hablar sin consonantes y falta de interacción.
Si nuestro hijo solo se comunica mediante vocales, y no participa en juegos infantiles como el cucú-tras, ni tampoco nos responde, puede ser una señal de alarma. Entre los 6 y 12 meses es cuando el niño empieza a involucrarse en juegos orales, y vocaliza cosas como “ma-ma” o “pa-pa”.
- Entre 1 año y 1 año y medio: pocas palabras y sin señalar.
Que nuestro hijo no diga más de tres palabras y tampoco hace medición de señalar entre los 12 y 18 meses, es poco habitual.
En el primer año se suele pronunciar ordenes verbales y señalar zonas de su cuerpo. También suelen aprender nuevas palabras.
- Hasta los 2 años: no nombrar personas.
De los 18 a 24 meses, es el periodo más importante para la evolución del lenguaje. En esta etapa es habitual que digan nombres y que comprendan instrucciones sencillas.
- Entre 2 y 3 años: dificultad al construir frases
Las señales de alarma son que nuestro pequeño no comprenda las instrucciones verbales de dos pasos y que no utilice frases de dos palabras.
- Hasta los 4: ser incomprensible para otras personas.
Los niños ya tienen más vocabulario y formulan oraciones más extensas. Si otras personas no le comprenden y no amplia su vocabulario, es señal de alarma.
- Entre 5 y 6: incapacidad para contar una historia
En esta etapa los niños se sienten más seguros y desean expresarse y contar historias. Por ello, es alarmante que el niño no nos entienda ni sea capaz de contar historias.
- Hasta los 6 años: falta de comprensión y expresión
En esta fase, tenemos que acudir a nuestro profesional si detectamos que el niño no comprende lo que se habla con él, ni usa frases y tampoco relata con claridad sus experiencias y nadie entiende lo que dice.