Las últimas medidas tomadas por el Gobierno respecto a la gestión del coronavirus están provocando mucha psicosis entre el conjunto de la población. Esta psicosis, a menudo histeria, es incluso más peligrosa que el propio virus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya declaró que la infección causada por este coronavirus ya puede definirse como una pandemia y animó a todos los países a tomar las medidas apropiadas para prepararse a ello. Mientras en España no se tomaron medidas, seguíamos percibiendo este virus como algo ajeno a nosotros mismos, pero ahora empezamos a ser conscientes del alcance y eso nos asusta.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que las estimaciones actuales de mortalidad asociada al nuevo coronavirus lo sitúan en un rango parecido al de otras infecciones respiratorias serias causadas por virus. Igual que la gripe, afecta especialmente a personas con otras patologías, con sistemas inmunitarios comprometidos o de avanzada edad.
¿Cuál es el problema, entonces, con el coronavirus? Las noticias científicas, por lo general, suelen ser susceptibles de errores, sobre todo si estamos ante noticias relacionadas con el campo de la salud. Al ser un escenario delicado y que a todos nos importa y afecta, también genera ansiedad. Por eso estamos sufriendo la llegada de esta pandemia con mucha angustia, y es que objetivamente es una situación angustiante.
Las nuevas medidas del Gobierno suponen cambiar nuestra forma de vida, y eso es algo a lo que el ser humano no acostumbra y, por tanto, tarda en asumir. A esto se le suma el hecho de que no se sabe por cuánto tiempo puede mantenerse la situación y el escenario de contención.
Desde LegaIntegra queremos transmitir seguridad, pero también apelamos a la responsabilidad individual desde cada uno, tal y como se está haciendo por parte de la sanidad española y otros organismos. Es de vital importancia que consigamos controlar nuestros instintos, el miedo totalmente justificado, y cumplamos con las normas establecidas. El objetivo ahora es velar por el bien común y evitar que el sistema sanitario se colapse, consiguiendo que el número de contagios disminuya y se prolongue en el tiempo (solo así podremos asegurar que no superaremos el límite de la capacidad de nuestro sistema sanitario).
Y aunque, como venimos diciendo, es normal estar preocupado ante la incertidumbre de saber cómo se desarrollará todo esto, hay que tener claro que existe una diferencia entre sentirse inquieto por un tema incierto y estar ansioso hasta el punto de que la preocupación dificulta el sueño y la vida diaria. La sobrecarga de información falsa y la acumulación de preocupaciones tienen nefastas consecuencias en el bienestar físico y psicológico y pueden acelerar la mente a una velocidad aterradora. En la era digital, esto está pasando con una intensidad nunca antes vista.
La sobrecarga informativa es algo que debemos evitar en la medida de lo posible. A la hora de mantenernos informados sobre el avance del coronavirus, es de vital importancia recurrir solo a fuentes oficiales. No difundir información falsa o no contrastada también es responsabilidad de todo y ayudará, en gran medida, a reducir la psicosis social.
Debido a todo este miedo y preocupación que genera el desconocido virus, el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, a través de su grupo de trabajo de Urgencias y Emergencias, comparte una serie de pautas dirigidas a la población general y de riesgo, destinadas a promover un afrontamiento psicológico adecuado con la finalidad de reducir en la medida de lo posible situaciones de alarma.
Entre estas recomendaciones, estaría la ya adelantada: evitar sobreinformación y no compartir información no contrastada. Además, también se hace hincapié en que si nos sentimos demasiado agobiados y ansiosos, compartamos nuestros pensamientos. Desahogarse es fundamental.