¡Buenos días y feliz fin de semana!
Hoy queremos hablaros del apego infantil y cómo influye en el desarrollo personal del niño.
¿Qué es el apego?
Entendemos como apego, el vínculo emocional y conductual más importante en la primera infancia, además del vínculo afectivo, es decir, el sentimiento que une al niño con una o varias personas.
Se establece en los tres primeros meses de vida y da lugar a un modelo interno de relaciones afectivas. Según este modelo, el niño se va a fiar o no de ciertas cosas o personas.
El buen trato asegura la correcta funcionalidad del cerebro. El niño necesita esa parte afectiva para llegar a ser alguien y reconocerse como es.
En la infancia, el apego permite sentirse seguro buscando el bienestar y el apoyo emocional.
TIPOS DE APEGO
Apego seguro
En el apego seguro, el padre y/o la madre es capaz de identificar correctamente las señales emocionales del niño. De esta manera, el niño sabe que su cuidador no va a fallarle. Se siente valorado y querido.
Los niños con apego seguro serán confiados con su entorno y se relacionarán de forma saludable en la edad adulta. No les supondrá un esfuerzo unirse íntimamente a las personas y no les provoca miedo el abandono.
Apego ansioso y ambivalente
En psicología, ambivalente significa expresar emociones o sentimientos contrapuestos, lo cual, genera angustia. En este tipo de apego, el niño no confía en sus cuidadores y tiene mucha inseguridad. Frecuentemente sentirá miedo y angustia ante las separaciones.
Cuando son adultos, tienen la sensación de que su pareja no les ame o no les desee realmente.
Apego evitativo
Los niños con apego evitativo han asumido que no pueden contar con sus cuidadores. Esto les provoca sufrimiento. Esto ocurre porque el apego con el cuidador no ha generado suficiente seguridad, con lo cual, el pequeño desarrolla una autosuficiencia exagerada.
En la edad adulta, se producen sentimientos de rechazo de la intimidad con otros.
Apego desorganizado
Es una mezcla entre el apego ansioso y el evitativo. El niño presenta comportamientos contradictorios e inadecuados. Se trata del extremo contrario al apego seguro. Ocurre en casos de abandono temprano. El niño pierde la confianza de su cuidador.
En la edad adulta, suelen ser personas con alta carga de frustración e ira, no se sienten queridas y rechazan las relaciones, aunque en el fondo son su mayor anhelo.