La motricidad fina es la habilidad que nos permite realizar actividades que requieren más destreza, precisión y control, especialmente de nuestros dedos, brazos y pies.
A medida que el bebé crece, va adquiriendo control sobre sus movimientos, y sobre el primer año de vida es cuando comienza a tener mayor dominio de sus pies y manos y comienza a ser capaz de hacer el movimiento de pinza con el pulgar y el índice. Entre los 3 y 6 años se encuentran en la mejor etapa para ir desarrollando esta habilidad hasta llegara conseguir, la pinza digital para alcanzar la grafomotricidad.
Os dejamos unas sencillas actividades que podéis realizar en casa para trabajar la motricidad fina de vuestros peques:
- Con plastilina hacer churros hasta convertirla en un cilindro y en bolas de diferentes tamaños. En ambas se trabajará además la coordinación bimanual, la fuerza y la musculatura de los dedos.
- Insertar pompones de diferentes tamaños y colores en recipientes, así podréis trabajar tanto la motricidad fina como la identificación de colores y tamaños según la edad del peque.
- Al ir colocando pinzas en un panel también trabajaremos la regulación de la fuerza de los dedos además de la precisión.
- Pegar y depegar gomets.
- Desenvolver y envolver caramelos.
- Enroscar y desenroscar tapones de botellas.
- Introducir pequeños objetos en agujeros.
- Apilar bloques de construcción.
- Desatar y atar lazos.
- Abrochar y desabrochar cremalleras y botones
- Ensartar con hilos y cuentas
- Trazar números o letras con pintura en los dedos.
- Cortar con las tijeras siguiendo una línea de puntos.
- Realizar puzles.
En resumen, hay muchísimas formas de trabajar la motricidad fina con materiales que seguro que tenéis por casa.
¡Solo hay que darle a la imaginación!
